Ante todo quiero dejar claro que todo lo que se dice aquí, como siempre, responde a una opinión perosnal. Esto no significa que no esté fundada y con argumentos que yo considero sólidos ya que, joder, me dedico a hacer videojuegos, es de mi putabida de lo que hablo, simplemente me gustaría que no me dieráis de hostias por expresar mi opinión.
Para comenzar con este artículo hagamos un breve repaso a la generación de consolas de 8 bit, ya que es donde realmente comenzó el turrón de lo que vendría después. Y es que a nivel doméstico, (los salones arcade son harina de otro costal) ya en los 8 bits la cosa estuvo peleada entre Nintendo y Sega. ¿Cómo comenzó esta batalla? Es una pregunta que contestaré durante los siguientes párrafos.
Parece ser, que tras la crisis del año 1983, Nintendo debía unas cuantas letras de alquiler al propietario de unos almacenes donde tenían alojadas las unidades no vendidas de Radar Scope. El dueño de estos almacenes se llamaba Mario Segale, personaje que según parece se portó tan bien con la compañía japonesa que ésta, decidió poner su nombre a la mascota de la empresa. Este es el motivo por el cual el famoso fontanero pasó de llamarse "Jumpman" (su nombre original) a Mario.
Sin embargo, la compañía japonesa necesitaba algo más que un amable empresario para conseguir establecerse en el mercado americano, algo que tras la crisis del 83 parecía casi imposible. ¿Cómo podrían conseguir vender entonces su flamante Nintendo Entertainment System (NES)? Bueno, quién sabe las noches que pasaría sin dormir su departamento de marketing, el caso es que finalmente se decidieron por incluir un robot, que supuestamente jugaría con el comprador de la consola, al cual llamaron ROB, las siglas de Robotic Operating Buddy que realmente funcionaba únicamente con 2 juegos : el Stuck Up y el Gyromite. La idea era vender la consola en jugueterías como si fuese un juguete más y no una consola.
Corría el año 85 cuando la NES prácticamente tenía el monopolio a nivel mundial, sin embargo, Sega no podía dejar pasar la oportunidad viendo como Nintendo había abierto el melón y además le estaba comiendo la tostada mientras que su Mark II no conseguía ni por asomo esas cotas de mercado. Este mismo año decidieron sacar al mercado la SG-1000 Mark III, consola a la que terminaron dando un lavado de cara de vista a occidente y rebautizar como Sega Master System. Una consola muy superior técnicamente a su homóloga de Nintendo pero con un detalle en contra, salió cuando Nintendo ya dominaba el mercado americano y japonés, sin embargo, en Sudamérica y Europa la Master System no solo le consiguió plantar cara, si no que en algunos países incluso consiguió estar por delante.
Para comenzar con este artículo hagamos un breve repaso a la generación de consolas de 8 bit, ya que es donde realmente comenzó el turrón de lo que vendría después. Y es que a nivel doméstico, (los salones arcade son harina de otro costal) ya en los 8 bits la cosa estuvo peleada entre Nintendo y Sega. ¿Cómo comenzó esta batalla? Es una pregunta que contestaré durante los siguientes párrafos.
Parece ser, que tras la crisis del año 1983, Nintendo debía unas cuantas letras de alquiler al propietario de unos almacenes donde tenían alojadas las unidades no vendidas de Radar Scope. El dueño de estos almacenes se llamaba Mario Segale, personaje que según parece se portó tan bien con la compañía japonesa que ésta, decidió poner su nombre a la mascota de la empresa. Este es el motivo por el cual el famoso fontanero pasó de llamarse "Jumpman" (su nombre original) a Mario.Sin embargo, la compañía japonesa necesitaba algo más que un amable empresario para conseguir establecerse en el mercado americano, algo que tras la crisis del 83 parecía casi imposible. ¿Cómo podrían conseguir vender entonces su flamante Nintendo Entertainment System (NES)? Bueno, quién sabe las noches que pasaría sin dormir su departamento de marketing, el caso es que finalmente se decidieron por incluir un robot, que supuestamente jugaría con el comprador de la consola, al cual llamaron ROB, las siglas de Robotic Operating Buddy que realmente funcionaba únicamente con 2 juegos : el Stuck Up y el Gyromite. La idea era vender la consola en jugueterías como si fuese un juguete más y no una consola.
Corría el año 85 cuando la NES prácticamente tenía el monopolio a nivel mundial, sin embargo, Sega no podía dejar pasar la oportunidad viendo como Nintendo había abierto el melón y además le estaba comiendo la tostada mientras que su Mark II no conseguía ni por asomo esas cotas de mercado. Este mismo año decidieron sacar al mercado la SG-1000 Mark III, consola a la que terminaron dando un lavado de cara de vista a occidente y rebautizar como Sega Master System. Una consola muy superior técnicamente a su homóloga de Nintendo pero con un detalle en contra, salió cuando Nintendo ya dominaba el mercado americano y japonés, sin embargo, en Sudamérica y Europa la Master System no solo le consiguió plantar cara, si no que en algunos países incluso consiguió estar por delante.
Como resultado de la contienda, Sega decidió anticiparse al movimiento de su rival en la siguiente generación. Esta vez tenía que hacerlo de un modo rápido, económico y de manera efectiva. De este modo, en 1988 apareció la Sega Mega Drive en Japón. Consola que para abaratar costes contaba con la mista arquitectura que la Master System pero con un hardware más potente. La época de los 16 bits fue algo que marcó a toda una generación de jugadores que recuerdan una cruenta batalla sin igual a todos los niveles, comenzando por un marketing tan agresivo que hoy en día sería impensable.
A pesar de la jugada de Sega, Nintendo veía que su NES seguía gozando de buena salud comercial, por lo que no tuvo ningún tipo de prisa en sacar una versión mejorada de su consola.
Fue a finales de 1990 cuando se decidió a sacar la Super Nintendo. La compañía japonesa no fue idiota, y aprovechó los dos años de diferencia para sacar una consola con un hardware capaz de mover una mayor paleta de colores, y de añadir el famoso "Modo 7", que era una forma de simular un efecto 3D para el manejo de sprites en los videojuegos.
Esta tecnología dejó a Sega con el culo roto, sin saber cómo reaccionar ya que en los 8 bits veía como a nivel mundial no podían competir contra la NES y en los 16 bits Nintendo les podía reventar su magnífica consola.
Por desgracia, esta batalla desencadenó una serie de malas decisiones por parte de Sega, que optó primero por inventarse una supuesta tecnología llamada "blast processing" que era capaz de mover los sprites mucho más rápido que Super Nintendo (mentira y además cochina a más no poder), luego al verse retratados, sacaron un Add On (un periférico vamos) que al conectarse a la Mega Drive, se supone que la dotaba de la potencia de la generación de 32 bit, cuando a efectos prácticos solo proporcionaba a la Mega Drive del "modo 7" además de la capacidad superior de almacenamiento que tenía el formato CD. Como resultado, una máquina carísima para la época (a mis padres les costó 30.000 ptas de aquella) que encima solo funcionaba si tenías una Mega Drive. En definitiva una cagada con todas las letras. No obstante, esto sirvió para que Nintendo cancelara un proyecto similar con Sony, lo cual dio lugar a que sacaran su propia consola, esa llamada Playstation que revolucionaría la industria para siempre.
En definitiva, Sega se lió a dar palos de ciego sin saber muy bien qué hacer. Por un lado no quería abandonar su "gallina de huevos de oro", la Mega Drive, pero por otro esa misma consola les estaba lastrando. En definitiva, allá por 1994 optaron por la peor idea que pudieron. Sacar a la ver otro Add On (32X) que sumaba potencia extra a la Mega Drive y paralelamente sacar su consola de 32 bit, la Sega Saturn. Como es lógico, la empresa no fue capaz de mantener vivas a la ver tantas consolas (Master System, Game Gear, Mega Drive, Mega Cd, 32X, Sega Saturn), cuando la única que realmente consiguió un éxito decente fue la Sega Mega Drive. Todo esto debilitó la compañía tanto económicamente como a nivel de credibilidad, un daño del que no volvería a recuperarse.
Esto es todo por ahora, no olvides compartir el artículo si te ha parecido interesante. Recordad que podéis preguntar cualquier duda tanto en los comentarios, como en Twitter: @Lepra_Games.
Esta tecnología dejó a Sega con el culo roto, sin saber cómo reaccionar ya que en los 8 bits veía como a nivel mundial no podían competir contra la NES y en los 16 bits Nintendo les podía reventar su magnífica consola.
Por desgracia, esta batalla desencadenó una serie de malas decisiones por parte de Sega, que optó primero por inventarse una supuesta tecnología llamada "blast processing" que era capaz de mover los sprites mucho más rápido que Super Nintendo (mentira y además cochina a más no poder), luego al verse retratados, sacaron un Add On (un periférico vamos) que al conectarse a la Mega Drive, se supone que la dotaba de la potencia de la generación de 32 bit, cuando a efectos prácticos solo proporcionaba a la Mega Drive del "modo 7" además de la capacidad superior de almacenamiento que tenía el formato CD. Como resultado, una máquina carísima para la época (a mis padres les costó 30.000 ptas de aquella) que encima solo funcionaba si tenías una Mega Drive. En definitiva una cagada con todas las letras. No obstante, esto sirvió para que Nintendo cancelara un proyecto similar con Sony, lo cual dio lugar a que sacaran su propia consola, esa llamada Playstation que revolucionaría la industria para siempre.En definitiva, Sega se lió a dar palos de ciego sin saber muy bien qué hacer. Por un lado no quería abandonar su "gallina de huevos de oro", la Mega Drive, pero por otro esa misma consola les estaba lastrando. En definitiva, allá por 1994 optaron por la peor idea que pudieron. Sacar a la ver otro Add On (32X) que sumaba potencia extra a la Mega Drive y paralelamente sacar su consola de 32 bit, la Sega Saturn. Como es lógico, la empresa no fue capaz de mantener vivas a la ver tantas consolas (Master System, Game Gear, Mega Drive, Mega Cd, 32X, Sega Saturn), cuando la única que realmente consiguió un éxito decente fue la Sega Mega Drive. Todo esto debilitó la compañía tanto económicamente como a nivel de credibilidad, un daño del que no volvería a recuperarse.
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