viernes, 1 de septiembre de 2017

Final Fantasy: repaso a la saga y decadencia


Esta saga enamoró al mundo durante la década de los 90, no obstante, con la entrada del nuevo milenio empezó a decaer y no ha sabido remontar el vuelo desde entonces. Analicemos qué le ha podido pasar.



Desde sus inicios la saga siempre fue fiel a Nintendo, y no funcionó nada mal en sus consolas, contando incluso con grandes obras maestras de los RPG que, debido a que por aquella época era un género al que le costaba triunfar fuera de las fronteras niponas, pasaron desapercibidas para la mayoría del público occidental, no obstante, la sexta entrega de la saga es, para muchos, la mejor de todas.

Al final del ciclo vital de la Super Nintendo, y mientras empezaban a abrirse camino las máquinas de 32 bits, Square se encontraba desarrollando la séptima entrega de su saga, pensando en aprovechar todas las características de la nueva consola de 64 bits que iba a sacar Nintendo. Sin embargo ante el nivel de piratería que estaba sufriendo la primera Playstation, Nintendo decidió dejar de lado el formato de CDs para continuar con los tradicionales cartuchos.

 

Esta decisión tuvo sus problemas, por un lado, la capacidad de almacenamiento de un cartucho era inferior a la del CD (The Legend of Zelda Ocarina of Time no llega a los 50 MB de espacio), por lo cual, aunque tenían la consola más potente del mercado, estaba muy limitada por la capacidad de almacenamiento de sus cartuchos. Además, el precio de fabricación de un cartucho era muy superior al del CD, lo cual limitaba mucho el beneficio obtenido por cada venta. Recordemos que un juego de Playstation rondaba las 7.500 ptas mientras que uno de Nintendo 64 costaba sin dificultad unas 12.000 ptas.
 
No hay que olvidar que Nintendo por aquella época obligaba a sus "third parties" a firmar contratos de exclusividad, lo cual era un problema para Square, ya que el contrato le prohibía sacar el juego en Playstation.

Square decidió romper ese contrato, lo cual hizo que Nintendo le prohibiese sacar ningún otro juego para sus consolas, prohibición que duró, si la memoria no me falla hasta que sacaron Final Fantasy: Crystal Chronicles en Gamecube.




El juego fue un éxito mundial de forma inmediata, alcanzando unas cotas de calidad nunca antes vistas. Los escenarios prerrenderizados y las animaciones dejaron al mundo con la boca abierta, que nunca antes había visto nada similar.

Las dos siguientes entregas para esta consola siguieron con la misma premisa. Escenarios prerrenderizados, una historia capaz de poner los pelos de punta, un mundo completo que explorar con una buena variedad de vehículos, minijuegos y tantos secretos que dieron lugar a miles de teorías por parte de los jugadores. Daba igual la entrega que estuvieses jugando, estabas deseando salir al mapamundi para explorar sus secretos.




Todo iba viento en popa para la compañía, que con cada entrega era capaz de llegar al corazón de los jugadores hasta que entró el nuevo siglo y con él aparecieron las consolas de 128 bits. Todo el mundo esperaba con ansia la nueva entrega de la saga.




Cuando apareció la décima entrega de su saga, fue genialmente recibida, como era habitual tanto por la crítica como por el público, todo el mundo esperaba ver que de qué eran capaces con la capacidad de la nueva consola de Sony. 




Una historia inolvidable y unos gráficos impresionantes volvieron a enamorar a los jugadores, no obstante, estos aspectos ocultaron en cierta medida que a nivel jugable, el juego carecía de la libertad de las entregas anteriores.




Se eliminó el mapamundi. Ya no podíamos recorrer el planeta libremente a pie o montado en nuestro vehículo. De hecho hasta que no conseguimos el barco volador,  con la partida bastante avanzada, no podemos revisitar los lugares por los que habíamos pasado, y aun así, el barco volador se limita a mostrar un menú donde seleccionamos en que lugar aparecerán los personajes, eliminando la magia que tenían anteriores entregas de poder ver el mundo que nos rodeaba.


 


Otro de los aspectos que comenzó en esta entrega y que marcó tendencia por desgracia en la saga, fue lo "pasillero" que era. No tenéis más que ver el minimapa de la imagen superior para  recordar que durante gran parte del juego, nos limitábamos a ir de un extremo a otro de un camino del cual no se podía salir mientras luchábamos con los enemigos que iban apareciendo en nuestro camino y al llegar al final de ese camino luchar contra un jefe final.




Algo que ha destacado siempre a nivel técnico en esta saga desde al menos su aparición en la primera Playstation, ha sido por tener un gráficos tanto en el juego como en las animaciones que, en muchos casos, no se han podido igualar por ninguna otra compañía. Esto sin embargo tiene un precio, por estas fechas Square perdía dinero aunque cueste creerlo, lo que la obligó a intentar fusionarse con otras compañías o incluso a venderse. Estuvo cerca de llegar a acuerdos con Microsoft aunque finalmente, se fusionó con su hasta ahora gran competidora Enix.
En 2002 se anunció la fusión, algo que salvaría a la compañía de la desaparición y los fans suspiraban por ver de qué serían capaces ambas compañías juntas. 

Primero experimentaron con el online en Final Fantasy XI, juego que pasó completamente de puntillas sin que mucha gente siquiera supiese de su existencia. Un año después decepcionaron al mundo entero. 


Unas decisiones nada acertadas en cuanto a guion y diseño del juego intentando beneficiarse del nombre conseguido con la entrega anterior dilapidaron rápidamente tanto el juego como la credibilidad de la compañía. 

En parte por este fracaso, en parte porque fue una época muy convulsa, también pasó  sin hacer demasiado ruido el Final Fantasy XII.

Entre tanto volvieron a probar suerte sacando una versión para Gamecube que en nada se parecía a ningún Final Fantasy anterior llamado "Final Fantasy: Crystal Chronicles" que tampoco tuvo el éxito esperado, se trataba de un juego soso y aburrido, que daba la sensación que se hizo pensando en retomar la paz con Nintendo en vez de en marcar época.




Con la llegada de la Playstation 3 y de Xbox 360 vio la luz Final Fantasy XIII tras 4 años de desarrollo. No obstante fue más de lo que vimos en Final Fantasy X, un juego pasillero que técnicamente era un portento, no obstante, la historia de Lightning no alcanzó el corazón de los jugadores como si lo hizo la de Yuna. 

Con cada entrega han ido modernizando el juego y el aspecto de los personajes. No obstante, perdiendo en jugabilidad.

Tras este repaso a la saga os voy a explicar por qué en mi opinión esta saga ha crecido de forma inversamente proporcional a la potencia de las consolas que van a apareciendo en el mercado.




El problema (a parte de la salida de la compañía de Ironobu Sakaguchi) es principalmente económico, como ya mencioné anteriormente, la producción de Final Fantasy X obligó a la compañía a fusionarse con Enix para evitar la bancarrota aunque ya hubiesen eliminado el mapamundi. Con cada generación de consolas, el gasto aumenta de forma exponencial. Un juego de mundo abierto como los antiguos juegos de la saga es carísimo hoy en día de producir, estamos viendo juegos continuamente como Metal Gear Solid V llenos de campo vacío donde el mundo abierto es una ilusión, llenar un mapa tan grande de secretos, a la vez que tener los gráficos más punteros, la mejor banda sonora y una historia que erice la piel, es un gasto hoy en día inasumible para casi cualquier compañía.




Veremos qué pasa con el remake de la séptima entrega, el cual aguardo con una mezcla de ansia y miedo. 


Esto es todo por ahora, no olvides  el artículo si te ha parecido interesante. Recordad que podéis preguntar cualquier duda tanto en los comentarios, como en Twitter: @Lepra_Games.


Un saludo a todos.





No hay comentarios:

Publicar un comentario